lunes, 24 de julio de 2017

Ganamos el pulso

Y por fin puedo decir, con lágrimas de alegría entre mis ojos, que le ganamos el pulso a la infertilidad. Un pulso duro, largo, sufriendo mucho, pero ganamos!

Puedo deciros por fin, que la tenemos con nosotros, entre nuestros brazos y robándonos horas de sueño que no me pesan nada cuando miro atrás y pienso en todo lo vivido.

Llegando a la meta final del embarazo siempre pensaba que cómo sería el parto, si empezaría con las contracciones o rompería aguas...me imaginaba a mi madre y a mi suegra pasando horas y horas de incertidumbre en la puerta de paritorio...

Pero nunca pensé que además de esta carrera de obstáculos, también tendría un mal parto.
No se si puedo llamarlo parto o una operación de urgencias, pero lo que vivimos fue para no olvidar y no precisamente de alegría.

Os contaré que gracias a un registro antes de tiempo y antes de ponerme de parto, salvó a mi pequeña.
Mi doctor me citó para un registro y para explorarme. Vio que tenía el cuello del útero blandito y me dio opción a provocar el parto aprovechando que el tenía guardia.
Siempre pensé que sería mejor natural pero gracias a Dios que decidí quedarme, y nunca pensé que estaría eligiendo entre la vida o la muerte de la pequeña. La peque venía con una vuelta de cordón y si me pongo de parto en casa dilatando apenas nada, ella bajaba y se ahogaba, que fue lo que me pasó en el hospital.
No me llegaron a poner la oxitocina para dilatar, no tuve ni un dolor de parto, fue ponerme un gel para ablandar más el cuello del útero y mi pequeña dejo de latir.
No os podéis imaginar la angustia, ansiedad y miedos vividos en aquella sala. Unos médicos se miraban a otros, unos llamaban a otros hasta que mi gine ordenó cesárea urgente.
No me pudieron dormir pq había desayunado, de hecho yo no iba para quedarme, asi que tuvieron que ponerme la epidural. La cosa pintaba tan mal que tuvieron que abrirme antes de que hiciera completamente efecto...
Del miedo que tenía de perder a la peque, se me bajo la tensión y me entraron taquicardias.
La peque no salía, fueron momentos de terrible angustia, ahí vieron que venía con una vuelta de cordón. Y cuando por fin la sacaron, no podían cerrar la herida pq comencé con una hemorragia. Ahí iba perdiendo el conocimiento y comencé con vómitos y convulsiones.

De fondo y muy de lejos, por fin la oí llorar, estaba bien, estaba viva! Y entonces fue cuando ya empecé a temer por mi...
Me la pusieron al lado para q yo la viera, pero no veía nada, solo veía turbio casi sin poder abrir los ojos.
A todo esto Marido fuera llorando sin saber si saldríamos las dos, una o ninguna.
Mientras que me iban estabilizando, a ella se la llevaron a observación donde estuvo 8 h para ver su evolución y pulso, había sufrido mucho.
Una vez pudieron cerrarme la herida, controlar el sangrado y estabilizarme, pasé a la habitacion donde estuve esas horas esperando intranquila a que me la trajeran.

Y por fin me la llevaron a la habitación, después de 8 horas. Empecé a llorar, llorar y llorar y ahí fue cuando le vi la carita por primera vez, ahí estaba, era ella, pequeña, delicada, frágil...mi pequeña. Le daban el alta de observación.

Y es ella la que me hace olvidar todo lo vivido...
Y es ella la que me llena de alegría...
Y es ella la que me hace pasear loca de amor con el carrito por toda la ciudad...
Y es ella la que me hace seguir pensando,

                                  que todo esto valió la pena.



6 comentarios:

  1. Tengo la piel de gallina... no imagino lo mal que lo habéis pasado, pero espero que todo eso poco a poco quede en el olvido, habéis sido muy valientes!!! Disfrutad a tope de la peque, os deseo todo lo bueno, besos familia!

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    1. La mente es sabía y va borrando los peores momentos. Ahora solo pienso en estos maravillosos momentos con ella.
      Muchas gracias!

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  2. Madre mía que mala suerte hija, y que circunstancias más duras has vivido desde el comienzo... gracias a dios ahí tienes la recompensa. Disfruta muchísimo que ya te toca.

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    1. Siii, aquí tenemos nuestra mejor recompensa. Es el amor de nuestras vidas y todo todo valió la pena.
      Un beso.

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  3. Pese a todo, o quizás por todo, felicidades. A disfrutar de esa meta y a olvidar o al menos minimizar lo malo!

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